Felices los que saben escuchar y callar, porque aprenderán cosas nuevas.
Santo Tomás Moro

El silencio que contempla nos abre a recibir al otro y a las situaciones diversas en su misterio y novedad.
Tomar conciencia de que todo lo que me sucede es una Palabra de Dios para mí, me abre a recibir de Él su enseñanza aquí y ahora.
Y no hablo de lo que tiene color agradable, santo y bueno, sino de TODO, y sobre todo lo que me contraría.
Feliz quien sabe hacer un paso atrás, tomar distancia y acallar la mente, para escuchar la suave voz de Dios a través de tal o cual persona, de este o aquel acontecimiento, y de todo lo que se presente en la jornada, porque conocerá el placer del asombro.